La complejidad de este tipo de procesos, hace que sean múltiples las causas susceptibles de provocar directamente una inundación, pero es aún mayor el número de factores que inciden como agravantes o atenuantes, dependiendo del caso.
Las causas directas, teniendo en cuenta sus características se pueden clasificar en dos grandes tipos:
- causas naturales (aquellas relacionadas con fenómenos de la naturaleza).
- causas antrópicas(relacionadas con actividades desarrolladas por el hombre).
Entre las causas naturales destacan las climáticas y entre ellas se encontrarían aquellas situaciones meteorológicas susceptibles de provocar lluvias intensas y/o persistentes, deshielo súbito o fusión de las nieves, temporales marinos, etc.
Además, hay que destacar la existencia de una serie de factores naturales que inciden directamente en la magnitud del episodio como la litología, la vegetación, la topografía, la geometría de la cuenca, la densidad del drenaje, etc.
Entre las causas antrópicas, la más común aunque poco frecuente es la rotura o avería grave de las presas, que en caso de producirse y dependiendo, entre otras cosas, del volumen del agua embalsado, provocan ondas de avenida de gran potencial destructivo.