Protección ante erupciones volcánicas

La erupción volcánica puede prolongarse durante meses y los factores de peligro pueden ser múltiples:coladas de lava, piroclastos, caída de cenizas, tsunamis, deformaciones del terreno, etc. Además, un volcán puede presentar fenómenos perceptibles por la población con mucha antelación (incluso durante años) al inicio de una erupción. A todo este período se denomina crisis volcánica, siendo la erupción el final del proceso.

En términos generales, los peligros volcánicos conducen a la destrucción total de las infraestructuras que encuentran a su paso, de forma que, para salvar la vida de las personas, se debe proceder a la evacuación preventiva de la población de las probables zonas afectadas. Otros peligros volcánicos, como las cenizas, presentan una incidencia variable en función de la distancia al centro emisor y de otros parámetros como el viento.

Si va a permanecer en una zona de peligro moderado deben seguirse las recomendaciones de las autoridades, y siempre con autorización expresa. Será necesario adoptar algunas precauciones, como por ejemplo el uso del casco, la mascarilla y extremar las precauciones al circular por zonas cubiertas de materiales volcánicos recientes.

El conocimiento de la actividad volcánica de la zona permite determinar las características de las erupciones futuras. Para ello, se estudian las erupciónes ocurridas en el pasado desde una óptica multidisciplinar, que nos proporcionan la base del conocimiento sobre el estado actual del volcán y su comportamiento futuro.Con esta información se elaboran los mapas de peligrosidad y riesgo, que incluyen diferentes parámetros y tienen en cuenta la probabilidad de que ocurra un fenómeno y los daños que puede ocasionar.