Una inundación es la sumersión temporal de terrenos, generalmente secos, como consecuencia de la aportación inususal y más o menos repentina de un volumen de agua superior a lo habitual, lo que puede provocar daños a las personas y los bienes allí existentes.
Las inundaciones más frecuentes son consecuencia de procesos de avenidas fluviales, es decir del aumento extraordinario del caudal en un cauce, que ante la falta de capacidad para absorber la avenida, desborda inundando los espacios colindantes.
La peligrosidad de una avenida viene determinada por
- su magnitud
- su frecuencia
La magnitud hace referencia al caudal y a la velocidad de la corriente, mientras que la frecuencia se refiere a la probabilidad de ocurrencia o período de retorno entendiendo por tal el intervalo de tiempo que por término medio ha de transcurrir para que se registre una avenida de magnitud dada. En este sentido, se puede hablar de la avenida de 50, 100,500 años, etc.
Cuanto mayor sea la inundación, mayor será el período de retorno que le corresponde. O lo que es lo mismo, una inundación grande se produce cada más años que una inundación pequeña, con lo que su período de retorno será grande.